Un incendio es consecuencia una reacción química en la que intervienen los elementos que mencionamos a continuación:
Materia combustible (Como líquidos, sólidos o gases); un comburente, generalmente el oxígeno del aire; y el calor suficiente, ó fuente de ignición, que da la energía necesaria para que se active la reacción química.
Un incendio se dará siempre que coexistan al mismo tiempo todos los elementos mencionados. Si falta alguno de ellos, o se elimina, no se iniciará.
Un incendio tiene un desarrollo diferente según cual sea la materia combustible: sólidos, gases o líquidos.
En un combustible sólido, las etapas son:
Fase de incubación por oxidación espontánea o calentamiento, con baja temperatura, caracterizada por la emisión en pequeña cantidad de humos y vapores (partículas invisibles), lo que da lugar al olor a quemado. Esta etapa puede durar días, semanas o incluso años.
La segunda fase se caracteriza por la emisión de humo visible en gran cantidad. La temperatura es todavía baja.
En la tercera fase, llegan las llamas y se crea una gran cantidad de gases tóxicos y humo. La temperatura aumenta mucho.
Cuando se trata combustible líquido, las etapas son estas:
Etapa de incubación por calentamiento, caracterizada por el desprendimiento de vapores desde el momento en el que el líquido tiene una temperatura de inflamación mayor o igual a la temperatura ambiente.
En la segunda etapa, llegan las llamas que se acaban propagando rápidamente por toda la superficie del líquido gracias a su elevada temperatura y el contacto con el aire.
En caso de combustible gaseoso:
Se presenta una fuente de ignición suficiente que inflama instantáneamente toda la masa de gas, pudiendo dar lugar a detonaciones y explosiones.
Los principales peligros a los que se exponen las personas afectadas por un incendio son: el humo, la insuficiencia de oxígeno, los gases tóxicos que lo componen, el calor, las quemaduras y el miedo.
El humo, con los gases tóxicos que lo componen, es el que provoca el mayor número de víctimas mortales en los incendios, víctimas que no han podido encontrar la salida y han sido asfixiados por el monóxido de carbono y/o falta de oxígeno.
Entre los gases que se desprenden, los más tóxicos: monóxido de carbono, ácido clorhídrico y ácido cianhídrico. Los dos últimos vienen de los materiales que contienen cloro y nitrógeno en su composición.
Como medida preventiva, es necesario conocer: Las posibles vías de escape, y la localización de los medios que hay apagar el fuego. Si hay extintores portátiles, hay que conocer su ubicación y cómo funcionan.
En caso de incendio, se deben seguir los consejos de seguridad que mencionamos a continuación.
Llamar al teléfono de emergencias (112) aportando la siguiente información:
Cortar la entrada de gas y corriente eléctrica.
Si es posible, retirar los productos inflamables o combustibles cercanos al fuego.
Si es pequeño y se puede controlar, intentar apagarlo. En caso contrario, no. Si se quiere apagar el fuego, hay que ubicarse entre el fuego y la vía de escape.
No usar agua:
Si no se puede apagar el fuego, abandonar la zona a un lugar seguro. Al abandonar el sitio incendiado:
No recurrir a los ascensores como vía de evacuación. No parar hasta situarse suficientemente lejos del lugar, y no entorpecer o impedir la salida de otras personas. Si la escalera se encuentra llena de humo, hay que quedar la vivienda.
En caso de no poder abandonar la vivienda por el fuego:
Si se incendia la ropa hay que tumbarse en el suelo y rodar sobre uno mismo. Si se ve alguien a quien se le ha prendido la ropa, tenderlo en el suelo y cubrirlo con una manta grande apretando hasta extinguir las llamas. Si se incendia el pelo, se debe tapar la cabeza con un trapo húmedo.