Las puertas cortafuegos son un elemento de seguridad anti incendios importante en edificios de nueva construcción y en edificios antiguos. Son asimismo llamadas puertas RF (Resistentes al Fuego). Se encuentran diseñadas y fabricadas pensando en la seguridad. Buscan compartimentar y minimizar los daños del fuego sobre materiales y personas.
Suelen hacerse en acero, aunque hay de madera y de vidrio, pero con unas propiedades especiales para reducir la conducción del calor de los incendios, las juntas de las puertas se hacen con unos materiales especiales capaces de dilatarse más de 20 veces por efecto del calor para así sellar el incendio. La pintura de estas puertas cortafuegos es de un polvo termoendurecible.
Las puertas vienen con unos accesorios como barras de apertura para poder escapar, muelles para que puedan cerrarse solas y señales fluorescentes para que puedan verse si hay un corte de corriente eléctrica debido al incendio.
En el mercado hay puertas de todo tipo y tamaños para amoldarse a las necesidades de cada edificio. Son variables en anchura y altura, y pueden ser de doble hoja o una sola hoja. También se encuentran disponibles en numerosos acabados para atender la estética de los edificios, de acabados en acero inoxidable a acabados en madera.
En el mercado estas puertas se catalogan con la nomenclatura EI-30, 60, 90, 120 que depende del tiempo que resista la puerta ciertas pruebas de temperatura según la norma UNE-EN 1634-1. Si resisten 30 minutos son del tipo EI-30 y si lo hacen 60 minutos son EI-60 , siendo el EI-120 las más resistentes.
Hay multitud de empresas donde nos venden e instalan este tipo de material de seguridad contra incendios.